Oye, morena, ¿tú qué miras? #AdivinaQuienSoy4
- Lia Tommo
- 17 ago 2019
- 3 Min. de lectura
Con este libro doy por finalizada la saga (a no ser que Megan Maxwell nos sorprenda de aquí a un tiempo, cosa que tampoco me disgustaría).
Junto a la historia anterior esta es de mis historias favoritas de la saga. Algo gracioso teniendo en cuenta que la saga fue creada principalmente para Yanira y Dylan y que los libros siguientes han sido historias que surgieron a partir de la principal, pero...
La sensación que tengo con esta historia es muy parecida a la que tuve con la anterior, todo encaja perfectamente, no hay escenas que sobren, que se sientan repetitivas o que pueden ser consideradas de relleno.
En este caso nos centramos en la vida de Coral, quien tras muchos desengaños solo quiere divertirse y pasarlo bien. Algo que hace con Andrew, el amigo de Ruth; sin embargo, ambos tienen una regla que quieren seguir cumpliendo para no complicar las cosas: no repetir.
Hola, soy Coral. Siempre fui una romántica empedernida, hasta que el género masculino me rompió el corazón. Después de varios desengaños, os juro que me dije a mí misma que no iba a permitir que nadie más me hiciera daño. ¡Qué bonito es el amor, pero menuda mierdecita es sufrir por él!
Hoy por hoy me considero una mujer relativamente feliz. Trabajo como repostera, tengo unas amigas increíbles y una preciosa hija a la que adoro. En cuanto al temita hombres, lo único que pretendo es disfrutar de un sexo divertido con ellos y poco más. Sin embargo, debo confesar que hay uno que hace que se acelere mi atontado corazón cada vez que lo veo. Se llama Andrew y es el jefe de seguridad de las giras musicales de mi amiga Yanira.
Andrew es un bomboncito alto, de ojos oscuros, moreno y terriblemente atractivo. Y si a eso le sumas que conduce una moto y que tiene ese puntito canalla en su mirada que me vuelve loca, ¡ni te cuento! Pero Andrew es esquivo en lo que se refiere a las relaciones amorosas, y eso me hace pensar que a él también le partieron el corazón y que por eso nunca repite con la misma mujer. Repetir, repetir, yo no le voy a pedir que lo haga conmigo, pero cuando nuestras miradas se encuentran, una extraña corriente se genera entre nosotros, y eso me inquieta y me hace pensar en si realmente repetiremos algún día.
Coral es una madre cariñosa y atenta y es que no podría vivir sin su querida hija Candela. Tras la gira con Yanira, todo parece volver a la normalidad, exceptuando que tiene un vecino nuevo que está como un queso, ¿ adivinas?
Sí, se trata de Andrew.
En un principio ambos quieren hacer como que no existen para el otro; sin embargo, tras intercambiar un par de palabras parece que ambos saben mantener lo que tienen como una simple amistad (con algún rifi-rafe que otro). Coral que es una tremenda enamoricienta no puede evitar sentir pequeñas chispas por el guapo de Andrew, por eso se obliga a sí misma a olvidarse de todo lo que parece percibir.
Sin embargo, no es tan fácil cuando se comporta como un verdadero amigo. Está ahí para ella y para Candela cuando lo necesitan y además pasan un montón de tiempo juntos...
Cuando Andrew le pide el favor de que la acompañe a su hogar -al cual no quiere ir por su cuenta- tras un gran chantaje emocional, no tiene otra opción que aceptar. Al llegar allí se encontrará con tantos frentes abiertos que Coral, a pesar de ser mucha Coral, no sabe ni por donde empezar; la abuela Sora, Chenoa, Flor, una gran farsa, Arizona, Madison...
Si a esto le sumamos los sentimientos y el peligro de jugar con ellos..., el drama está servido.
Como todas las grandes historias esta también es un gran caos, pero es un caos divertido, entretendio y alucinante, por lo que nunca te cansas de leer. A este libro le daría la misma puntuación que al anterior 5/5 y lo clasificaría como romántico/erótico (con gran dosis de romanticimo)
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